Cuando vi el póster, tuve esa impresión:
esto parece un High School Musical en éxtasis. Y aunque agradezco que al final
no fuera así, me encontré con una tragedia fiestera de bailarines, un
repertorio de personajes odiosos e inocentes cuyo destino está sometido a una
trampa en particular. La historia al final no es la gran cosa, la conclusión es
una tontería y como en la mayoría de películas de Gaspar, el argumento queda en segundo plano para justificar y darle protagonismo a su capricho artístico. Que no está y
no le queda mal, y sobre todo porque el suele explotar las posibilidades que
puede ofrecer los aspectos técnicos y estéticos del cine, sin importar que eso
cause placer o no. Por estas razones creo que ver sus películas en cine es una
experiencia muy distinta que verlas en la pantalla de un computador. Y estoy
seguro que Climax me hubiera parecido
un bodrio si no la hubiese visto en cine, como también creo que hubiese disfrutado
mas Enter The void en un teatro.
Punto para la banda sonora, la secuencia
inicial del baile y esos créditos tipográficos sincronizados con What to Do de Thomas Bangalter. El
resto, es la propuesta lisérgica de Noe, un mal viaje en ácidos que no quisiera
repetir, pero si me preguntas, mírala. Lo que si he vuelto a repetir más de una
vez es Supernature. Que bailoneadera
de canción.
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