Con la velocidad de cientos de caballos de fuerza inyectados
por diesel ardiente, los pistones infernales estallan y aceleran el motor hasta
quemar las negras llantas. Ay de quien se cruce en su camino pues estará en los
dominios de estos engendros del asfalto, que llegan a toda velocidad para dejar
su marca sobre el celuloide. Películas que saben de potencia, que aceleran a
fotograma por segundo, carburando luz para proyectar lo que uno de estos
magníficos aparatos puede hacer cuando la maldad le gobierna. Automóviles,
camiones, motos y llantas endemoniadas, son los protagonistas de este potente
ciclo, que atropellará al incauto espectador. ¡No hay nada que nos detenga,
estamos al volante y arrancamos como alma que lleva el diablo!
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