En tiempos de
tanto narco-xplotation, les presentamos otras figuras cinematográficas cuya
vida al margen de las leyes es más sofisticada, cruda y mejor contada. El
crimen es el sentido de su existencia; quizás no encontraron de otra o buscaban
la libertad tomando lo que querían y resistiéndose a tragar entero. Incluso
cuando su condición sea estar atrapado tras los muros de una cárcel, no existirán
barreras suficientes para contener la merecida venganza contra esa sociedad que
les ha condenado. Su misantropía puede ser razón para temerles, pues se llevan
por el frente al que sea con una voluntad comparable a la incontenible fuerza natural:
imparable como un tsunami, letal como una explosión, mortal como un trueno. Su
testimonio sobrevivirá la muerte y sus hazañas serán leyendas.
Podríamos
presentar el viejo juego de policías y ladrones, pero el protagonismo de este
ciclo se lo llevan los criminales. Bastante tenemos con justicieros
re-ponderados, ahora es el turno de aquellos a los que las rejas no podrán
atrapar tan fácilmente.
No hay comentarios :
Publicar un comentario